El impacto de la automatización no es nueva. Dondequiera que miremos vemos automatización robótica; robots que construyen los coches, robots que dispensan dinero, robots o aplicaciones que nos ayudan organizar nuestra vida, sea privada o profesional.
Hoy, con RPA, nos encontramos al borde de una nueva revolución tecnológica, que como todo cambio, plantea preguntas y temores. Hay expertos que predicen que los “robots” asumirán el 30% de los puestos en los próximos 10 años, pero los temores alrededor de que los robots sustituirán a los seres humanos necesitan ser templados con la realidad de que nuevos trabajos surgirán mientras otros se cederán a las máquinas.
Estudios recientes en Europa evidencian que la pérdida de empleos como resultado de la RPA son mínimos, excepto a través de la eliminación natural (personas que renuncian y no son sustituidos). Además se evidencia que las personas que se preocupan por la pérdida de empleos a causa de la automatización tienden a pasar por alto la explosión de datos sin precedentes que las empresas están experimentando.
Lejos de ser amenazados, muchos empleados han tomado la oportunidad de asumir el trabajo más interesante y ver a los robots como apoyo al equipo para el trabajo tedioso y repetitivo.
Si bien el juicio sobre el impacto humano de RPA aún está pendiente, hay pruebas sólidas de los beneficios conseguidos para las empresas y sus empleados a través de la automatización de ciertos procesos.
La automatización se ha vuelto una característica de la vida moderna. Ha tenido y seguirá teniendo impacto en la forma en que hacemos las cosas y sobre todo en la manera en que hacemos negocios. Bajo muchos aspectos, la automatización nos ha vuelto más humanos permitiéndonos hacer lo que mejor sabemos hacer.